La vacunación contra la Leishmaniosis
La vacunación es la única medida preventiva que actúa sobre la leishmania y no sobre el flebotomo, es decir, limita el desarrollo de la enfermedad una vez el parásito se ha introducido en el organismo del perro. Mientras que los insecticidas y repelentes tópicos reducen las picaduras, la vacunación protege al animal incluso si ha sufrido la picadura de un flebotomo infectado.
Siendo España una zona de alta prevalencia, la mayoría de los animales acaban entrando en contacto con la leishmania, incluso aquellos que se protegen regularmente con repelentes de insectos. Es por ello que combinar la vacunación con los insecticidas adecuados se postula como el método más efectivo para proteger al perro contra la enfermedad.
Durante 20 años, los científicos han estado investigando y trabajando con tecnologías de vanguardia para proteger a los perros frente a este parásito mortal. La vacuna contra la leishmaniosis canina es el resultado de este esfuerzo de innovación. Se lanzó al mercado en 2011 en Europa y llegó a España apenas un año después.
Puede tener los mismos efectos secundarios que cualquier otra vacuna, como puede ser una reacción anafiláctica o dolor transitorio a la palpación en el área de aplicación.
