Garrapatas en España y su prevención
- Las garrapatas son parásitos externos que se alimentan de la sangre de animales y personas. En España, especialmente en Andalucía, su presencia es muy común debido al clima cálido y templado durante gran parte del año.
- La prevención es clave: el uso regular de antiparasitarios externos y el control del entorno donde vive la mascota reduce notablemente el riesgo de enfermedades transmitidas por estos parásitos.
Tipos de garrapatas más comunes en España:
Las garrapatas se dividen en dos grandes grupos:
- Garrapatas duras (familia Ixodidae): son las más comunes en España. Tienen un escudo duro visible y se alimentan durante largos periodos. Incluyen:
- Rhipicephalus sanguineus: Conocida como “garrapata marrón del perro” (imagen 1, en fase no alimentada). Muy frecuente en Andalucía, se adapta a ambientes urbanos y puede vivir dentro de casas, patios y jardines.
- Ixodes ricinus: Habitual en zonas húmedas y boscosas del norte y centro de España. Es un vector importante de varias enfermedades (imagen 2).
- Dermacentor reticulatus (imagen 3): Se encuentra principalmente en regiones del norte, aunque su presencia se ha extendido también a zonas del sur peninsular.
- Hyalomma spp.: Típica de entornos rurales y ganaderos. Se asocia a enfermedades graves tanto en animales como en personas (imagen 4).
Garrapatas blandas (familia Argasidae): menos frecuente en mascotas; suele encontrarse en aves—como la paloma (imagen 5: fase ninfa de Argas reflexus) o en zonas rurales. En general, tienen un cuerpo más flexible, sin escudo dorsal. No son tan comunes en los animales domésticos en España.
Principales enfermedades transmitidas por garrapatas en España:
- Erliquiosis canina (Ehrlichia canis): Bacteria intracelular transmitida por Rhipicephalus sanguineus. Afecta especialmente a los linfocitos y monocitos. Durante la fase aguda (1-3 semanas) puede causar fiebre, apatía, anorexia, disnea y sangrados. Si no se trata adecuadamente, puede evolucionar a formas crónicas más graves.
- Babesiosis (Babesia spp.): Parásitos protozoarios que invaden los glóbulos rojos. En España predominan dos especies:
- Babesia vogeli: Transmitida por R. sanguineus, más común en el sur. Provoca signos clínicos de leves a moderados.
- Babesia canis: Asociada a Dermacentor spp., presente en el norte y zonas templadas de Europa. Produce fiebre alta, ictericia, vómitos, orina oscura y anemia. Si no se trata puede derivar en insuficiencia renal o shock.
En humanos, no se han descrito casos de babesiosis procedentes de perros o gatos.
- Anaplasmosis (Anaplasma spp.): Infección bacteriana transmitida por Ixodes ricinus y Rhipicephalus sanguineus. Las dos especies principales son:
- Anaplasma phagocytophilum: Más extendida por Europa, transmitida por Ixodes.
- Anaplasma platys: Más frecuente en el sur de Europa, transmitida por Rhipicephalus sanguineus.
Puede causar fiebre, letargia, anorexia, cojera, problemas oculares, vómitos, hemorragias o incluso alteraciones neurológicas.
- Enfermedad de Lyme (Borrelia burgdorferi): Transmitida por Ixodes spp. Afecta tanto a perros como a humanos. Puede provocar cojera, fiebre, inflamaciones articulares, letargia y problemas renales.
- Fiebre botonosa mediterránea (Rickettsia conorii): Enfermedad zoonótica transmitida por R. sanguineus. Produce fiebre alta, dolor muscular y una erupción característica con manchas (botones). Puede afectar gravemente a humanos si no se trata.
¿Cuándo están más activas las garrapatas? Principalmente entre la primavera y el otoño, aunque en zonas cálidas como Andalucía pueden estar presentes durante todo el año.
En casa: La prevención comienza en el hogar. Es importante:
- Usar antiparasitarios recomendados por tu veterinario (pipetas, collares, comprimidos).
- Revisar el pelaje del animal tras los paseos, especialmente si ha estado en zonas rurales o con vegetación alta.
- Mantener el entorno limpio: cortar la hierba regularmente y evitar la acumulación de maleza.
Consulta a tu veterinario ante cualquier duda o si observas una garrapata en tu mascota. Un diagnóstico precoz puede evitar complicaciones graves.

Imagen 1. Rhipicephalus sanguineus

Imagen 2. Ixodes ricinus

Imagen 3. Dermacentor reticulatus

Imagen 4. Hyalomma

Imagen 5. Argas reflexus